lunes, 27 de octubre de 2008
Despertadores ¿humanos?
martes, 21 de octubre de 2008
Aeropuerto de Quito
Buenas, ahora que tengo tiempo, mentira, tengo bastante tiempo, pero son las ganas que me faltaba, ya que con el calor, suele acompañar con la pereza para todo, excepto para tomar una cerveza bien fresquita en cualquier terraza.
-¡Bah! En eso no hay problema, vas a
Llego al hotel, dejo las cosas, y paseo por Quito, ya que la zona de donde vivo es bastante céntrica y pude ver algo del mercado. Pero en Quito tiene cuatro estaciones del año en un día, hace sol a la mañana, llueve a la tarde, hace frio por la noche. Y yo no llevaba provisiones ideales para pasear en condiciones, pues volví al hotel para descansar un poquito. Y aproveché la ocasión de tener el agua caliente en el baño, ya que en la casa donde vivo en Panamá no dispone de agua caliente, me ducho cada día con ¡agua fría!, si, es verdad que hace mucho calor, pero a la primera hora de la mañana, ducharse con agua fría….¡cuesta!, eso sí, de deja ¡bien despierto!
Estuve trabajando en la oficina durante dos días, y finalmente me llevan al aeropuerto para volver a Panamá. Aquí empieza la aventura:
En el mostrador de check-in:
-Buenas tardes, su pasaporte y reserva de vuelo por favor –me dice la quien se encargaba de emitir billetes y facturar maletas.
-Aquí tiene, señora – le respondo amablemente.
-¿A que vas a Panamá? – me pregunta.
Yo me pongo pensativo, al no tener visado aún, le respondo – De vacaciones-
Me vuelve a preguntar: -¿Cuánto tiempo vas a estar en Panamá?
Le contesto: -Dos semanas
Me pide con la siguiente pregunta: -¿Tiene boleto para volver a España?
Y yo con esta cara otra vez: ¬_¬! –No tengo aquí, lo dejé en Panamá, señora.
-Pues no se puede embarcar si no tiene billete de vuelta a España.
La cuestión era que se querían aprovechar de que yo era un español y no tenía billete de vuelta para negociar un soborno (el billete de vuelta a España no hacía falta, sino que en Panamá era quién se tenían que preocupar de mi vuelta). Pero en este momento, por la costumbre europea, no caí en la cuenta que en esos países funciona con sobornos según para qué casos. Después de dos horas discutiendo, le pedía que viniera el responsable de la aerolínea, y nunca venía (en realidad no le avisaban para no caerle el pelo), pues como último recurso, fui a un cyber que había por el aeropuerto, busqué el mail de billete aéreo Barcelona – Panamá (real), y también tenia billete de vuelta (Panamá – Barcelona) ficticia para entrar al país como turista, los imprimí, los enseñé y finalmente me dejaron embarcar 5 minutos antes de cerrar las puertas de embarque (sin que ellos vean ningún billete verde, ¡toma ya! – ¡GMail forever!).
Al día siguiente de llegar a Panamá, lo comenté en
Bien, para alegrar un poco, os adjunto las fotografías de la oficina donde trabajo: